Amigos que nunca se olvidan

 

Por Erika Pérez

Es difícil indicar en cual momento comienza la magia que se desprende de las personas que te hace, inequívocamente, escogerlos como tus amigos; pero es aún más difícil aceptar que ya no volverás a verles físicamente, cuando éstos se han burlado de la justicia porque con su personalidad, carisma, sencillez, humildad, desprendimiento, responsabilidad, tolerancia e inimaginables valores, te roban el corazón.

Muchos de ellos, vienen con recomendación (ya sea buena o mala) incluida. Y sí, muchos cometemos el error de abusar de la predisposición y perdernos el gran tesoro que conlleva conocer a seres humanos que te abren su alma y cerebro desinteresadamente, en cualquier escenario, para brindarte amor y vasto conocimiento.

¡Que dicha la de quien coincide en éste corto lapso de tiempo, denominado vida, con individuos que son dignos de emular, puesto que tienen más para dar que exigir; que te inspiran a ser tú mismo, porque te demuestran que tus diferencias son las que te hacen único y especial, pero sobre todo, a practicarlo con los demás; que te ponen a prueba, no para avergonzarte, sino para que te des cuenta de lo que eres capaz de hacer fuera de tu zona de confort; que se ponen en tus zapatos antes de juzgarte; que solucionan problemas con solo mostrarte una sonrisa; celebra tus triunfos en público y en una amena y silenciosa conversación te provee consejos que destilan sapiencia! A resumidas cuentas, no hay excusas para que después que esos hermanos que te da el destino impacten tu vida, no seas la mejor versión de ti.

 Empero,  “todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora” y nuestra imperfecta naturaleza, no nos hace inmune a tan dolorosa realidad. Nos queda, cerrar los ojos con la mano en el pecho y dejar que broten  momentos tan incontables como las estrellas, con los cuales, podríamos escribir cientos de libros sobre un ser que albergaba en su pequeño pecho, un corazón tan grande como el sol.

“In memoriam al hijo, hermano, padre, maestro, deportista, profesional, pero sobre todo amigo Edgar Omar Ramírez Read.”

No hay comentarios