Comisión de reforma policial: ¿otro cuento chino?

Alfredo de la Cruz

El presidente Luis Abinader ha juramentado este pasado martes al grupo de trabajo para la transformación y profesionalización de la Policía Nacional, bajo la dependencia funcional del Ministerio de Interior y Policía.

Este grupo está compuesto por 20 personas que, aparte de Ricardo Nieves y Servio Tulio Castaños no le reconozco relación con el tema policial. Ricardo Nieves es formado en seguridad y defensa, ha trabajado en labores académicas con la escuela del Ministerio Público por cerca de una década. Servio Tulio Castaños trabajó en la anterior propuesta de reforma policial, en la que estuvo implicado nuestro amigo y experto en políticas públicas Daniel Pou Suazo, una de las personas que más ha trabajado el tema reforma policial en este país.   

 Un dato interesante es que luego de aquella comisión haber consensuado un anteproyecto de reforma policial moderna, inexplicablemente Tulio Castaño, pactó o acordó con el entonces presidente Danilo Medina y salió la actual Ley 590-16, desperdiciando todo el avance logrado y potenciando tan solo modificaciones administrativas, obviando aspectos fundamentales como la doctrina policial. Imprescindible para cambiar la cultura militarista y gansteril anidada en aquel obsoleto mastodonte.  

 En cuanto a las responsabilidades del grupo de trabajo, algunas cosas, nos han resultado un tanto contradictorias, pues, aunque el decreto 211-21 en su artículo número 2 habla de que este es un consejo consultivo cuyo objetivo es elaborar y recomendar políticas públicas para la reforma legal, institucional y funcional de la Policía Nacional. El consultor jurídico del Poder Ejecutivo, Antoliano Peralta, ha declarado que solo es un grupo que dará seguimiento como si de una especie de veeduría se tratara.   


No obstante, en su único párrafo el mismo artículo número 2, dice muy claro que, este grupo de trabajo, contará con la asesoría técnica de expertos nacionales y extranjeros que están ofreciendo servicios al Estado dominicano en la estrategia de seguridad ciudadana “Mi País Seguro” y que puede contratar otros asesores que entienda necesarios para lograr sus objetivos.  

 Entre los objetivos a alcanzar por esta Comisión de Trabajo podemos citar: sugerir el perfil de los nuevos miembros de la Policía Nacional, modificaciones legales; promover la aprobación de los reglamentos institucionales que están pendientes desde hace tiempo; la creación y actualización de protocolos de actuación; recomendar un régimen de sanciones para aquellos policías que incurran en faltas; y dar seguimiento a los procesos disciplinarios por la comisión de faltas graves que se siguen en la actualidad.  

 De pronto, se podría argüir que esta es una manera altera del Poder Ejecutivo poder ayudar a las instituciones responsables en falta, escurriendo el bulto y arrojando esta pesada carga sobre esta flamante comisión. El pueblo dominicano, muy precavido, se pone chivo y desde que ve estas cosas recuerda que, en muchas ocasiones, se busca cambiarlo todo, para dejarlo igual, como en la célebre obra “El Gatopardo”, de Giuseppe Tomasi di Lampedusa, llevada al cine de forma magistral por Luchino Visconti.  

 En esta obra se narra el desembarco de las tropas de Garibaldi en Sicilia, en el año 1860, para terminar la dinastía de los Borbones, acontecimiento que acabó con la anexión de la isla al reino de Cerdeña uno de los episodios fundamentales para la unificación de Italia que, como se sabe estaba muy fraccionada.  

 Salina, es un heredero y rico terrateniente que vive siguiendo las tradiciones del pasado feudal. Su sobrino Tancredi, es un joven inteligente, que apuesta por sumarse a la causa de la revolución que encarna Garibaldi. Salina se da cuenta que los cambios son inevitables y permite que su sobrino se convierta en aliado de quienes pretenden acabar con todo lo que él representa. En una sola frase, Tancredi refleja el espíritu de la novela, cito: “es preciso que todo cambie para que todo siga igual”. Termina la cita. Y así sucede, ya que los vencedores no sólo respetan y rinden pleitesía a Salina, sino que además le ofrecen ser senador por designación del rey Víctor Manuel.  

 Si el objetivo principal de este grupo de trabajo es lograr la transformación y profesionalización del componente Policía Nacional, del sistema de seguridad pública, entonces debería estar compuesto por expertos en las diferentes áreas que conforman este componente, para hacer un abordaje preciso sobre aquellas que requieran renovación: perfil del policía, funcionamiento institucional, protocolos específicos de actuación, régimen de sanciones, etc. Sin embargo, esto corresponde a todo un proceso que se puede ir dando por partes, luego de saber qué policía queremos, como la queremos y cuando la queremos.  

 Recordemos que no basta tan solo con crear una ley orgánica, puesto que las leyes norman las transformaciones, pero las transformaciones responden a estrategias, con sus lineamientos y programas.     

 Por otro lado, si lo que se quiere es trabajar sobre una estrategia de seguridad pública, entonces ese primer paso es necesario, desde el punto de vista del manejo político, pues hay que partir de un inicio, pero entonces, dicho Consejo debería ser imprimado de figuras representativas de los diferentes sectores de la sociedad, aquello que llamamos las fuerzas vivas de la nación. En ese esquema, figuras como Elena Viyella, expresidenta del Consejo de la Empresa Privada, uno la entendería como representante de ese pujante sector, una de las principales fuerzas vivas de la nación. Lo que fuerza a tomar sus puntos de vistas en cuenta.   

 Podemos citar también a Mu-Kien Adriana Sang, gran intelectual, doctora en Historia y Civilización, por la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de París y presidenta de la Academia Dominicana de la Historia, y vicerrectora académica de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra que honra cualquier comisión en que esté incluida. Además, el médico psiquiatra Héctor Guerrero Heredia, que dado su especialización podría ser muy útil en las recomendaciones y evaluaciones de los perfiles y conductas policiales. Sin embargo, a los demás integrantes que podrían ser, tal vez, buenos en sus respectivas áreas profesionales no conocemos su relación con las demás fuerzas vivas de la nación, ni con los ámbitos de la seguridad y mucho menos con los temas policiales.   

 Sin embargo, el mismo decreto 211-21 habla de que ya se está trabajando en la estrategia de seguridad ciudadana “Mi País Seguro”, por cuanto nos resulta confusa la conformación de esta comisión. De manera que, esta oportunidad no puede ser dejada pasar por la sociedad y la misma debe demandar una reforma policial profunda y transformadora para poner al cuerpo policial a la altura de estos tiempos, donde la población demanda una seguridad con transparencia, ética y respeto por los derechos humanos.   

 Pero, sobre todo, demandar la conformación pronto de una estrategia de seguridad nacional con todas sus estrategias conexas, lineamientos y programas donde la de seguridad pública y ciudadana se esperan con carácter de urgencia y deberán definir el tipo de policía que queremos, como la vamos a tener y cuando podrá ser posible. ¿Usted qué piensa? 

alfredodelacruzr@hotmail.com

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