Contaminación acústica, un enemigo invisible

  Por: Ricardo Carrasco Bautista

En algún momento todos hemos sido víctimas de la contaminación acústica, aunque muchas personas no tienen la menor idea sobre que es la contaminación sónica, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) es uno de los factores ambientales que provoca más problemas de salud. 

Este ha sido un problema para las diferentes naciones y gobiernos del mundo, incluyendo República Dominicana, en donde se registra que hay ruidos excesivos en barrios y ciudades del país, en donde nadie escapa a los problemas acústicos como es el caso del tránsito, los altoparlantes, música a alto volumen, sectas religiosas con actividades en la vía pública, los drinks, los colmadones, las industrias y algunas construcciones.

La contaminación sónica se mide en decibeles (dB). La intensidad en decibeles en diferentes fuentes de sonidos es importante, pero no es solamente la intensidad la que determina si el ruido o sonido es peligroso. También es relevante el tiempo que se dure expuesto a él.

Según la OMS un tercio de las personas mayores de 65 años se ven afectadas por la pérdida auditiva.

Una conversación normal está entre 30 y 50dB, pero hay personas que acostumbran hablar con un timbre de voz que sobrepasa los 50dB. Un nivel de 64dB en una conversación es un tono elevado. Dentro de una discoteca se tienen 110dB o más y una música a ese nivel no debe de escucharse más de 10 o 15 minutos. En la naturaleza el único lugar donde puede haber un sonido constante de 80dB es en una catarata. Mientras más altos son los decibeles menores es el tiempo que el oído puede soportar.

La contaminación sónica es la responsable de grandes enfermedades como la sordera, tinnitus o silbido en el oído, nerviosismo, insomnio, estrés, agresividad, mareos, falta de concentración, afecta el metabolismo del cuerpo, y a los niños les produce problemas intestinales y respiratorios según estudios.

Las células auditivas perdidas no se reemplazan. Hay que alertar a los padres y profesores de la República Dominicana, para que orienten a los jóvenes y a la familia sobre los riesgos que se corren al escuchar altos sonidos, ya que la mayoría de las causas de sordera parcial son evitables. 

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