Joven atropellado volvió del “más allá” y hoy cuenta su historia

 MARTA QUÉLIZ / SANTO DOMINGO 

Él es Andrés Fernando Bueno Durán, un colombiano, nacido en la ciudad de Cúcuta. En abril cumplirá 26 años y de esos hay un buen tiempo que ha tenido que dedicarlo a su recuperación. En mayo del año 2015 fue atropellado por un vehículo que lo llevó a durar 22 días en coma, cuatro meses y ocho días con muerte cerebral, y con una experiencia sobrenatural que le hace creer en los milagros.

Para ser más exactos, tuvo varias experiencias “del más allá”, como se le suele llamar a ese lugar o eso que es desconocido para quienes habitan la tierra. Hoy cuenta en exclusiva para LISTÍN DIARIO, la que más lo ha marcado. “Una de ellas fue estar en un elevador completamente oscuro, sentir la sensación de subir a algún lado, al menos eso pienso, fueron para mí cuatro minutos en el elevador. Al frenar o detenerse, se abrió, y es ahí que llego a un lugar blanco con dorado. Habían unas rejas doradas, tal cual un conjunto residencial, muy tranquilo, sin ningún ruido”, al parecer esto impresionó a Andrés.

Prosigue: “Había una fila de personas, sé que eran personas por sus cuerpos totalmente vestidos, pero por más que intentaba ver sus caras, no pude. Yo con curiosidad caminé, me sentía muy en paz, y una voz me habló por mi nombre. Cuando escuché: ‘¡Andrés adelante!’, se abrió la reja, yo por curiosidad entré. Mientras caminaba, escuchaba que me hacía preguntas, como ‘¿usted sabe por qué razón esta acá?’. Yo intenté girarme y no podía verle, le contesté, yo sabía la razón, porque yo viví el golpe, viví el vuelo y cuando me sentí caer perdí la conciencia”.

Pero el joven fue más específico al dar su respuesta a esa voz que le cuestionaba en aquel lugar inmaculado como él lo define. “Yo le dije: ‘sí, tuve un accidente’. La voz me dijo entonces: ‘quieres quedarte acá o irte, es tu decisión’. Yo recuerdo que le conteste: ‘pues acá todo es muy bonito, pero sí quiero regresar, estoy muy joven’. La voz me contestó: ‘bueno regresa, solo ten mejor comunicación conmigo’. En ese momento, sí pude dar vuelta, y patitas para qué te tengo, como decimos acá. Jajaja, me giré y vi el cuarto oscuro, entré y comencé a bajar de nuevo”.

A partir de ahí, comenzó a reaccionar. Aunque mudo, pero despertó del coma, reaccionó a su muerte cerebral y dejó sin efecto todo el pronóstico médico que decía que si quedaba vivo, en el mejor de los escenarios, sería como “un vegetal”. “Mi madre nunca perdió la fe, ella creyó en mi recuperación, siempre ha estado a mi lado, al igual que Dios porque creo en Él, aunque tengo mi conflicto con las religiones e iglesias porque han desdibujado mucho a Dios”. Se le respeta su opinión. 

Lo hace hoy

A siete años del accidente que lo dejó dos años sin movilidad, Andrés es un joven que no se ha detenido en la lucha para lograr sus sueños. Desde que recuperó sus pasos comenzó a sacarle provecho a la vida, la que valora más que nunca, tal vez por recibir un milagro o por el esfuerzo que él ha hecho para continuar viviéndola.

“Al poder caminar yo sentí en mi corazón que debía seguir, comencé a estudiar Medios Audiovisuales, ha sido difícil, pero nada es imposible cuando hay deseos desde el corazón”. Y esto fue lo que dijo a la pregunta ¿a qué te dedicas ahora? “A ser feliz, a llegar a todo lo que me propongo, siempre voy por más”. Antes se desempeñaba como actor de cine y teatro colombiano, ahora mismo es practicante de medios audiovisuales. Esa es su segunda profesión y trabaja para el Festival de Cine de Bogotá, como asistente de dirección.

“La idea es sacarle provecho a una segunda oportunidad”

La meta más clara que tiene Andrés Fernando Bueno Durán, un colomniano que quiso contar su historia a LISTÍN DIARIO, es que la vida es para vivirla, para sentirla, para ser feliz... Su mensaje lo fundamenta en la experiencia que ha vivido luego de que un accidente lo dejara por muerto y un milagro le devolviera su salud y ganas de ir por más.

Su vivencia la cuenta obviando la distancia geográfica entre su amado país y República Dominicana, porque para él lo importante es que todos sepan que existen los milagros, que sí se puede recomenzar y valorar una segunda oportunidad, que sí es posible caerse y levantarse más aun cuando la fe está de por medio, y Dios tiene la última palabra.

Esto lo hace saber porque según su relato, fueron muchas las veces que a su familia le pidieron que lo desconectara. “Lo hicieron en repetidas oportunidades, inclusive, mi mamá me cuenta que de los nueve médicos a cargo de mi caso, solo uno me daba esperanzas de vida. Me contó que, una de esas doctoras se le subió al ascensor un día en el hospital y le dijo que me desconectara, que no fuera egoísta, que yo iba a quedar completamente vegetal”. Hoy agradece a su mamá Indira Margarita Durán, la firmeza que mantuvo ante esta petición.

Andrés es un joven muy valiente y que ha batallado con las secuelas que le ha dejado el accidente que casi le arrebata la vida. No ha tomado como pretexto ni la lesión axonal difusa grado tres (daños cerebrales), ni los dos años que duró en sillas de rueda, ni mucho menos la restricción de movilidad que tiene en el hemisferio izquierdo para echarse “a morir”. Muy al contrario, ha obviado todo posible obstáculo para seguir adelante y seguir estudiando y trabajando como lo hace.

¿Cómo sucede el accidente?

Esta interrogante tal vez fue como devolverlo al pasado, pero no. Andrés habla de esta amarga experiencia con mucho optimismo, y sobre todo, con mucha fe en los milagros y confianza en él y en lo que es capaz de hacer el ser humano cuando se lo propone.

“Yo iba llegando a mi casa de una reunión a la 1:20 de la madrugada, cuando me dispuse a cruzar, ya iba en el último carril de carros, llegando al andén y me arrolló el vehículo. Con el señor conductor, no pasó absolutamente nada”, lo cuenta un tanto desilusionado, pero reconfortado en que el EPS, que viene siendo con las ARS de República Dominicana, cubrió los gastos de su largo internamiento.

Andrés ha tenido el apoyo de sus padres Indira Margarita Durán y José Fernando Bueno, quienes aunque están separados, le ofrecieron todo su respaldo en su “nueva vida”. Así también lo han hecho sus seis hermanos Daniela, Valentina, Diego, Ariam, Salome y Mathias.

Es de esa forma que ha podido seguir adelante con su vida y, como mensaje a todas las personas que se interesen en su historia, les dice que se atrevan a ser feliz. “Ve por todo o no vayas”. Ese es su lema. 

 

No hay comentarios