La mujer alcanza solo el 8.7 % de las cuotas de poder público en RD
Carolina Mejía, alcaldesa del Distrito Nacional; Margarita Cedeño, exvicepresidenta de la República y Minou Tavárez Mirabal, presidenta del Partido Opción Democrática. |
ELPORTAVOZDELSUR, RD.- El sistema dominicano cuenta con 599 mil empleados públicos, según los datos del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo, en enero de 2022. El 65.26 % de estos empleados son mujeres y el 34.74 % son hombres, tal como publica el Ministerio de Administración Pública en su página web.
Muchas de estas mujeres son, por ejemplo, gobernadoras, funcionarias, políticas, juezas, policías; pero pocas alcanzan los puestos de mayor jerarquía o de toma de decisiones. República Dominicana cuenta con un gabinete ministerial encabezado, principalmente, por hombres; situación que ha caracterizado a los gobiernos dominicanos a través de la historia democrática.
Actualmente, de los 23 ministerios que forman el tren gubernamental, solo dos instituciones están siendo dirigidas por mujeres: los ministerios de Cultura y de la Mujer; lo cual, en términos porcentuales, representa apenas el 8.7 % de los mismos, frente a un 91.3 % a cargo de hombres. Se resalta, también, la Procuraduría General de la República. Estos datos sitúan el porcentaje más alto en el período 1990-1994, cuando el liderazgo ministerial femenino alcanzó el 21 %, según reseña el Observatorio de Igualdad de Género, del Ministerio de la Mujer.
Pero este bajo porcentaje no necesariamente supone una preocupación para la clase política nacional. Es el caso del senador de El Seibo, Santiago José Zorrilla, quien explica que “en todas las instituciones que usted visita, en este momento, va a encontrar una cantidad muy considerable de mujeres que está prestando servicio con mucha eficiencia en la República Dominicana”, poniendo como ejemplo a las gobernadoras provinciales, todas del género femenino.
El senador por La Altagracia, Virgilio Cedano, considera, de igual modo, que la designación de las gobernadoras es un paso de avance en la participación de la mujer en la función pública; sin embargo, entiende que debe ser más amplio el espacio otorgado:
El senador por La Altagracia, Virgilio Cedano, considera, de igual modo, que la designación de las gobernadoras es un paso de avance en la participación de la mujer en la función pública; sin embargo, entiende que debe ser más amplio el espacio otorgado:
Sin embargo, desde la perspectiva femenina, la mirada toma otro matiz. Para Silvia García, diputada al Parlacen por República Dominicana y vicepresidenta nacional del PRD aún no se alcanza un porcentaje aceptable. “Si bien es cierto que hay algunas en posiciones de responsabilidad estamos lejos de la igualdad plena y mucho más de la paridad. Las alcaldías o gobiernos locales la mayoría están encabezadas por hombres y, para cumplir con la ley (solo para eso), tienen a una mujer como vicealcaldesa y, dicho por la mayoría de ellas, no desarrollan ninguna acción de gran responsabilidad, pues son relegadas a una esquina”, explica la legisladora que forma parte de las 7 diputadas al Parlacen, siendo 23 los representantes de República Dominicana.
No obstante, Minou Tavárez Mirabal, presidenta del segundo partido político fundado por una mujer en el país, Opción Democrática, la cual ha ejercido varios cargos públicos electivos y no electivos como exdiputada del Distrito Nacional desde 2002; exviceministra de Relaciones Exteriores en el periodo 1996-2000 y actual presidenta del Consejo del Fondo Fiduciario para las Víctimas de la Corte Penal Internacional, señala que es innegable no destacar los avances que han alcanzado las mujeres en el país. Sin embargo, entiende que aún falta seguir trabajando, ya que es sobre un campo minado que se está caminando y que aparecen cuando menos lo esperan.
Asimismo, afirma de manera positiva una experiencia que vivió cuando fue diputada:
“Yo creo que es necesario recordar en este momento, que aquí las leyes que tenemos, las leyes importantes, las que tuvieron que ver con la Ley 24-97, que es la única Ley que la gente sabe de qué se trata con solo decir el número, del siglo pasado, la Ley Contra la Violencia hacia a las Mujeres y la Ley de cuotas que se lograron porque las mujeres de los diferentes partidos fueron capaces de ponerse de acuerdo por encima de las banderías políticas, y hacer y llevar hacia delante estrategias de acción para lograr que sus colegas diputados, que eran la mayoría como siguen siendo todavía, y senadores más todavía mayoría, para que se vieran obligados a aprobar esas leyes. Eso fue el resultado de una estrategia que llevaron a cabo en ese momento esas mujeres sobre cuyos hombros nosotras estamos paradas”.
Desafíos y desigualdad
En ese mismo orden, en el evento Diálogos de Desarrollo, organizado por el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo en la primera semana del mes de octubre del presente 2022, el incumbente de la cartera, Pável Isa, explicó que la República Dominicana ha crecido económicamente, pero que no ha logrado elevar la calidad de vida de su población.
Entre los seis elementos que destaca Isa incluye las fuertes brechas de género. “Las mujeres participan menos en puestos de toma de decisiones tanto política como económica, registran mayor desempleo, trabajan en mayor proporción en sectores menos dinámicos de la economía y dedican mucho más tiempo que los hombres al trabajo de cuidados, un trabajo frecuentemente no pagado y no reconocido”, confirma el también economista.
Estos datos presentados por la entidad oficial destinada a liderar la planificación y el desarrollo social nacional evidencian la alta desigualdad, la falta de transparencia y de democracia con que se gestionan los espacios públicos en el país, entrando en contradicción con el objetivo número 5 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en el que se señala la necesidad de asegurar la participación plena y efectiva de las mujeres y la igualdad de oportunidades de liderazgo a todos los niveles decisorios en la vida política, económica y pública; agenda de la que República Dominicana es signataria.
Y es que aunque existen marco legales que norman la participación de la mujer, al menos, en las contiendas políticas, los esquemas partidarios dificultan de algún modo no solo la participación de la mujer, limitando sus accesos para alcanzar los espacios públicos, convirtiéndose en un “techo de cristal”, sino que, en la práctica, violan las leyes de equidad y de cuotas públicas.
Un ejemplo de esto, es lo que expresó Minou Tavárez Mirabal sobre su experiencia en la política durante el panel “Mujer y Democracia”, organizado por la escuela de Comunicación Social de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM-RSTA) junto a un grupo de egresadas en marzo de este año.
“Yo vengo de una experiencia de haber formado un partido político. Un partido político que no existe porque los hombres de este país que estaban en las Altas Cortes decidieron impedir su existencia a pesar de que habíamos cumplido con todos los requisitos que establece la ley en República Dominicana. Y, ¿Cómo logramos finalmente el reconocimiento? Cuatro años peleando en la justicia, cuatro años hasta que el Tribunal Constitucional dijo que es verdad, ustedes tienen razón. Les violaron, los procedimientos no fueron respetados. Ustedes lo cumplieron y ustedes fueron objeto de un abuso de poder. Eso lo vivimos, o sea fue una vergüenza nacional”.
Sin embargo, desde la perspectiva femenina, la mirada toma otro matiz. Para Silvia García, diputada al Parlacen por República Dominicana y vicepresidenta nacional del PRD aún no se alcanza un porcentaje aceptable. “Si bien es cierto que hay algunas en posiciones de responsabilidad estamos lejos de la igualdad plena y mucho más de la paridad. Las alcaldías o gobiernos locales la mayoría están encabezadas por hombres y, para cumplir con la ley (solo para eso), tienen a una mujer como vicealcaldesa y, dicho por la mayoría de ellas, no desarrollan ninguna acción de gran responsabilidad, pues son relegadas a una esquina”, explica la legisladora que forma parte de las 7 diputadas al Parlacen, siendo 23 los representantes de República Dominicana.
No obstante, Minou Tavárez Mirabal, presidenta del segundo partido político fundado por una mujer en el país, Opción Democrática, la cual ha ejercido varios cargos públicos electivos y no electivos como exdiputada del Distrito Nacional desde 2002; exviceministra de Relaciones Exteriores en el periodo 1996-2000 y actual presidenta del Consejo del Fondo Fiduciario para las Víctimas de la Corte Penal Internacional, señala que es innegable no destacar los avances que han alcanzado las mujeres en el país. Sin embargo, entiende que aún falta seguir trabajando, ya que es sobre un campo minado que se está caminando y que aparecen cuando menos lo esperan.
Asimismo, afirma de manera positiva una experiencia que vivió cuando fue diputada:
“Yo creo que es necesario recordar en este momento, que aquí las leyes que tenemos, las leyes importantes, las que tuvieron que ver con la Ley 24-97, que es la única Ley que la gente sabe de qué se trata con solo decir el número, del siglo pasado, la Ley Contra la Violencia hacia a las Mujeres y la Ley de cuotas que se lograron porque las mujeres de los diferentes partidos fueron capaces de ponerse de acuerdo por encima de las banderías políticas, y hacer y llevar hacia delante estrategias de acción para lograr que sus colegas diputados, que eran la mayoría como siguen siendo todavía, y senadores más todavía mayoría, para que se vieran obligados a aprobar esas leyes. Eso fue el resultado de una estrategia que llevaron a cabo en ese momento esas mujeres sobre cuyos hombros nosotras estamos paradas”.
Desafíos y desigualdad
En ese mismo orden, en el evento Diálogos de Desarrollo, organizado por el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo en la primera semana del mes de octubre del presente 2022, el incumbente de la cartera, Pável Isa, explicó que la República Dominicana ha crecido económicamente, pero que no ha logrado elevar la calidad de vida de su población.
Entre los seis elementos que destaca Isa incluye las fuertes brechas de género. “Las mujeres participan menos en puestos de toma de decisiones tanto política como económica, registran mayor desempleo, trabajan en mayor proporción en sectores menos dinámicos de la economía y dedican mucho más tiempo que los hombres al trabajo de cuidados, un trabajo frecuentemente no pagado y no reconocido”, confirma el también economista.
Estos datos presentados por la entidad oficial destinada a liderar la planificación y el desarrollo social nacional evidencian la alta desigualdad, la falta de transparencia y de democracia con que se gestionan los espacios públicos en el país, entrando en contradicción con el objetivo número 5 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en el que se señala la necesidad de asegurar la participación plena y efectiva de las mujeres y la igualdad de oportunidades de liderazgo a todos los niveles decisorios en la vida política, económica y pública; agenda de la que República Dominicana es signataria.
Y es que aunque existen marco legales que norman la participación de la mujer, al menos, en las contiendas políticas, los esquemas partidarios dificultan de algún modo no solo la participación de la mujer, limitando sus accesos para alcanzar los espacios públicos, convirtiéndose en un “techo de cristal”, sino que, en la práctica, violan las leyes de equidad y de cuotas públicas.
Un ejemplo de esto, es lo que expresó Minou Tavárez Mirabal sobre su experiencia en la política durante el panel “Mujer y Democracia”, organizado por la escuela de Comunicación Social de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM-RSTA) junto a un grupo de egresadas en marzo de este año.
“Yo vengo de una experiencia de haber formado un partido político. Un partido político que no existe porque los hombres de este país que estaban en las Altas Cortes decidieron impedir su existencia a pesar de que habíamos cumplido con todos los requisitos que establece la ley en República Dominicana. Y, ¿Cómo logramos finalmente el reconocimiento? Cuatro años peleando en la justicia, cuatro años hasta que el Tribunal Constitucional dijo que es verdad, ustedes tienen razón. Les violaron, los procedimientos no fueron respetados. Ustedes lo cumplieron y ustedes fueron objeto de un abuso de poder. Eso lo vivimos, o sea fue una vergüenza nacional”.
Patricia Lorenzo Paniagua, magistrada de la Junta Central Electoral, asegura que aunque es la mujer la que más se está preparando (académicamente), es la que menos participación tiene en los estamentos de toma de decisiones y explica que los desafío son varios:
1. Limitaciones para llegar a los puestos de dirección de los partidos: la mujer necesita participar en igualdad de condiciones dentro de los partidos para poder llegar a las posiciones de decisión dentro de los gobiernos y dentro del Estado.
2. En esta sociedad la mujer lleva doble carga: las necesidades de la mujer para poder participar no son vistas, los esquemas de participación están diseñados para hombres, los que, tradicionalmente, no colaboran en el hogar, dejando la responsabilidad a las mujeres.
3. Los recursos económicos: por lo regular, la mujer es la que posee menos recursos económicos para poder apoyar su candidatura.
4. La violencia política: las mujeres son más propensas a recibir violencia política que los hombres. Los niveles de rechazo, en términos generales, son mayores.
5. Las mujeres son menos visibilizadas en los medios de comunicación: son menos entrevistadas, participan menos en los programas. La forma en que se comunica, en muchas ocasiones, se hace de forma sexista y la mujer es discriminada.
En la participación política hay mucha violencia hacia las mujeres, confirma Guadalupe Valdez, economista y política dominicana, denunciando que la violencia contra las mujeres en política y el poco acceso a posiciones públicas de toma de decisión son los casos más conocidos o públicos y los menos estudiados de las agresiones, teniendo un alto impacto en el ejercicio democrático hacia las mujeres y, por lo tanto, un elevado costo para toda la sociedad.
La exdiputada nacional por el partido Alianza por la Democracia apunta que la mujer es excluida en los partidos en la limitación al acceso de candidaturas, en la falta de entrega de recursos suficientes para el proceso de campaña, o en la negación de acceso a publicidad. “Esto es negación de derechos y es violencia política, y no es denunciado por las mujeres por temor a ser expulsadas de los partidos y que les retiren ciertos privilegios (entre comillas, dice).
Mercedes Castillo, quien en cinco ocasiones ha presidido el Colegio Dominicano de Periodistas, considera que, sin dudas, se registra un avance para la mujer en todos los órdenes, “pero todavía no ha logrado que en los cargos públicos e importantes de la sociedad, en los ministerios, se coloquen mujeres que estén preparadas para que desempeñen esas funciones. Eso se refleja en toda la sociedad: en las instituciones, en las organizaciones, en los partidos políticos, en todo. Es la manifestación de la falta de conciencia”, asegura.
Educación como clave
Los entrevistados para este reportaje coinciden en que es fundamental el empoderamiento de las mujeres, de ahí la importancia de generar procesos de capacitación, de desarrollo de habilidades, de fortalecimiento de la autoestima, de liderazgo, de la competencia para negociar en base a principios para intervenir en procesos de debates y de diálogos para fijar posiciones. Guadalupe entiende que esto es fundamental, además de que “hay que trabajar en cambios de la cultura política existente, que para mí es una cultura política patriarcal, y por eso hay que trabajar desde la educación, haciendo cambios en la plataforma, en el modelo curricular que tenemos”.
Y ese es un enunciado que parece tener muy claro el partido Opción Democrática, único en el país presidido por una mujer, Minou Tavárez Mirabal. “Con el objetivo de plantear estrategias y mecanismos para lograr una participación más justa y equitativa de las mujeres en el ejercicio político realizó el domingo 2 de octubre un taller impartido por la reconocida política chilena Lya González y dirigido tanto a las mujeres como a los hombres integrantes de esta organización partidaria”, reza un comunicado de prensa que difundió la entidad política.
Mujeres apoyando mujeres
La titular de la Junta Central Electoral, Patricia Lorenzo, señala que se debe cambiar del imaginario ciudadano la percepción de que la mujer no es capaz de dirigir o de ocupar puestos de poder, ya que hay una tendencia a que los hombres sean más votados que las mujeres. “Si conseguimos que las mujeres voten por mujeres, las candidatas mujeres ganarían, porque las mujeres son poco más del 50 % de la población dominicana” (5,429,698, según datos oficiales de 2020).
En eso coincide la precandidata a presidenta por el Partido de la Liberación Dominicana, Karen Ricardo, cuando asegura que “nos toca a nosotras protegernos y honrar a las que nos antecedieron… es mucho lo que se exige a una mujer políticamente expuesta”.
Y entre esas antecesoras se encuentra Flavia García, Secretaria de la Mujer de la misma organización política, quien en marzo de 2021, para el día internacional de la mujer, indicó que “debe subsanarse la deuda social y política que se tiene con la mujer dominicana”, y consideró de vital importancia “reforzar el liderazgo femenino para que puedan acceder a más puestos de poder, tanto en los partidos políticos como en el Estado”.
Ese liderazgo y esa participación femenina garantizaría mejores gestiones de políticas públicas para niñas, jóvenes y mujeres, según el sondeo realizado para este trabajo, donde el 90.9 % de los encuestados afirmó que están mejor capacitadas porque “saben lo que se necesita”.
Pero estas afirmaciones no se limitan a los espacios locales. María Noel Vaeza, directora regional para América Latina y el Caribe de ONU Mujeres, en entrevista para la agencia EFE en enero de 2022, dijo que “está demostrado que los gabinetes que son integrados meramente por hombres no van a estar focalizando sus actividades en temas que le importan a las mujeres, no van a estar integrando a la mujer en la recuperación y de una manera más eficaz y eficiente”.
Las mujeres políticas cogen lucha en los tribunales
En terrenos distintos, dentro y fuera de sus partidos, las dominicanas han tenido y siguen enfrentando grandes resistencias para acceder a cargos electivos y posiciones de poder, aún cuando le pertenecen la mayoría de votos.
La abogada Patricia M. Santana Nina, quien ha representado en los tribunales a varias mujeres para que fuesen reconocidas las candidaturas que ganaron al calor de las urnas o en procesos internos de sus partidos, recuerda que en la práctica ¨el proceso fue frustrante¨ porque ¨las decisiones llegaron tarde y ellas no tuvieron la oportunidad de hacer campaña para sus puestos¨.
Con veintidós años de ejercicio, la jurista rememora cómo en las pasadas elecciones, un grupo de mujeres se unieron para vigilar y defender los derechos de sus congéneres políticas en función del cumplimiento de la cuota de género. En el trayecto, navegaron en la incertidumbre con aquellas que tenían poco tiempo para difundir sus aspiraciones, en lo que llegaban las sentencias. Cuando finalmente el Tribunal Superior Electoral, recalca, les reconocía el derecho y registraba el error, las sentencias obtenidas en enero fueron apeladas y se publicaron una semana antes de las elecciones. ¡Las dejaba sin tiempo para hacer campaña!
¨Es importante establecer que, si hay voluntad político-partidaria, la cuota de género puede dividirse en 50-50 y no con el sesgo del 60-40 que se maneja actualmente¨, declara Patricia Santana.
Lo que la abogada denomina «sesgo cultural«, que violenta los derechos de las damas, lo explica de esta manera: «República Dominicana cuenta con un marco legal que garantiza la participación equilibrada de hombres y mujeres en los puestos de elección popular. Sin embargo, en su aplicación, dicha norma se encuentra viciada por un sesgo cultural, que se manifiesta claramente en los actos de reconocimiento del derecho a la participación política de la mujer».
Asegura la también docente de Intec y Pucmm, que se tiene la arraigada -pero equivocada- idea de que las mujeres no participan de los procesos político-partidarios y no les interesa competir en debates electorales. Y sobre el rango de paridad creado por la ley de partidos y la ley electoral, se piensa que, en las listas de candidaturas para cargos de elección popular, el 40 % es una cuota para la mujer y el 60 % es una cuota para los hombres.
Advirtiendo el ¨sesgo cultural relativo en torno a la cuota de género en la judicatura dominicana¨, la abogada declara que dichas asignaciones responden ¨a la necesidad de crear estrategias de acción positiva para acelerar el proceso de igualdad entre el hombre y la mujer¨. A su juicio, la cuota de género se consagra como una herramienta transitoria para erradicar toda forma de discriminación hasta que se logre la igualdad real y perfeccionemos la democracia¨.
Quedaron fuera
Uno de los hallazgos de la investigación sobre la participación femenina en la política, publicada por la periodista Riamny Méndez Féliz, con el título ¨El machismo que frustra las carreras políticas de las mujeres¨, es que al menos 69 mujeres quedaron fuera de la boleta electoral por los obstáculos de los partidos y la JCE al cumplimiento de la paridad de género contemplada en la Ley 33-18.
Los testimonios aportados por Méndez ponen sobre la mesa que las mujeres aspirantes a diputaciones, a regidoras o vocales ¨vieron frustradas sus aspiraciones, y otras tuvieron que enfrentar largos y complejos procesos administrativos y judiciales, debido a trabas de los partidos y de la Junta para cumplir con la cuota de género o la paridad que establece la ley 33-18¨.
En el párrafo I del artículo 53 de esta ley se establece que, “La Junta Central Electoral y las juntas electorales no admitirán listas de candidaturas para cargos de elección popular que contengan menos del cuarenta por ciento (40 %) y más del sesenta por ciento (60 %) de hombres y mujeres”. Es decir, que siempre debe haber al menos un 40 % de mujeres o de hombres para que ninguno de los dos sexos esté subrepresentado.
Citando a la abogada Nataly Santana, la investigación de Riamny Méndez establece que en la resolución 28-2019 de la Junta Central Electoral, emitida ¨supuestamente¨ para facilitar el cumplimiento de la ley, se hacen cálculos incorrectos: quedan por debajo del 40 % las candidaturas reservadas para garantizar la paridad. En este caso se afecta, principalmente, a las mujeres.
Curiosamente, muchas de las políticas afectadas, pertenecen al Partido Revolucionario Moderno (PRM), la organización -en el poder- que impulsó la cuota de género ante la resolución de la JCE.
¿Es, entonces, la cuota una trampa electoral?
A través de una nota de prensa, en el mes de septiembre de 2022, la JCE dijo que en la propuesta de modificación electoral acogió la recomendación de la OEA que en su informe de observación electoral de 2020, sostuvo que “es claro que la participación política de las mujeres en RD aún enfrenta grandes desafíos; se realizan interpretaciones minimalistas de la cuota legal, ilustrado por el hecho de que los hombres encabezan el 85 % de las candidaturas a cargos ejecutivos, mientras que las mujeres ocuparon el correspondiente 85 % de candidaturas a vicealcaldías y subdirecciones municipales”.
La coordinadora del Grupo de Alto Nivel de la Organización de Estados Americanos (OEA) que promueve la participación de las mujeres en la política, Laura Chinchilla, expresidenta de Costa Rica sostuvo reunión recientemente con titulares de la JCE con el objetivo de abordar la necesidad de la democracia paritaria en República Dominicana, a propósito de la propuesta de reforma electoral de la JCE que contempla aspectos en ese sentido, como el caso de que la participación de hombres y mujeres en cuanto a cargos plurinominales sea 50/50.
En ese sentido, la jueza Lorenzo Paniagua, ante la pregunta de si es necesaria una reforma legislativa para aumentar la participación de la mujer en los espacios de poder dijo que “la respuesta es sí”. Las plazas no han sido llenadas con las cuotas que consigna la ley actual, aunque son necesarias las leyes de cuotas para impulsar la participación femenina, no son suficientes: “hay que asegurar con artículos que coadyuven la participación; se prefiere que el voto no sea preferencial, porque de esa forma se pueden definir las candidaturas con paridad y alternancia, tanto horizontal como vertical, y eso garantizaría que cuando se vote por algún partido específico para una posición plurinominal se garantice la participación de la mujer en las posiciones”, explica.
Con veintidós años de ejercicio, la jurista rememora cómo en las pasadas elecciones, un grupo de mujeres se unieron para vigilar y defender los derechos de sus congéneres políticas en función del cumplimiento de la cuota de género. En el trayecto, navegaron en la incertidumbre con aquellas que tenían poco tiempo para difundir sus aspiraciones, en lo que llegaban las sentencias. Cuando finalmente el Tribunal Superior Electoral, recalca, les reconocía el derecho y registraba el error, las sentencias obtenidas en enero fueron apeladas y se publicaron una semana antes de las elecciones. ¡Las dejaba sin tiempo para hacer campaña!
¨Es importante establecer que, si hay voluntad político-partidaria, la cuota de género puede dividirse en 50-50 y no con el sesgo del 60-40 que se maneja actualmente¨, declara Patricia Santana.
Lo que la abogada denomina «sesgo cultural«, que violenta los derechos de las damas, lo explica de esta manera: «República Dominicana cuenta con un marco legal que garantiza la participación equilibrada de hombres y mujeres en los puestos de elección popular. Sin embargo, en su aplicación, dicha norma se encuentra viciada por un sesgo cultural, que se manifiesta claramente en los actos de reconocimiento del derecho a la participación política de la mujer».
Asegura la también docente de Intec y Pucmm, que se tiene la arraigada -pero equivocada- idea de que las mujeres no participan de los procesos político-partidarios y no les interesa competir en debates electorales. Y sobre el rango de paridad creado por la ley de partidos y la ley electoral, se piensa que, en las listas de candidaturas para cargos de elección popular, el 40 % es una cuota para la mujer y el 60 % es una cuota para los hombres.
Advirtiendo el ¨sesgo cultural relativo en torno a la cuota de género en la judicatura dominicana¨, la abogada declara que dichas asignaciones responden ¨a la necesidad de crear estrategias de acción positiva para acelerar el proceso de igualdad entre el hombre y la mujer¨. A su juicio, la cuota de género se consagra como una herramienta transitoria para erradicar toda forma de discriminación hasta que se logre la igualdad real y perfeccionemos la democracia¨.
Quedaron fuera
Uno de los hallazgos de la investigación sobre la participación femenina en la política, publicada por la periodista Riamny Méndez Féliz, con el título ¨El machismo que frustra las carreras políticas de las mujeres¨, es que al menos 69 mujeres quedaron fuera de la boleta electoral por los obstáculos de los partidos y la JCE al cumplimiento de la paridad de género contemplada en la Ley 33-18.
Los testimonios aportados por Méndez ponen sobre la mesa que las mujeres aspirantes a diputaciones, a regidoras o vocales ¨vieron frustradas sus aspiraciones, y otras tuvieron que enfrentar largos y complejos procesos administrativos y judiciales, debido a trabas de los partidos y de la Junta para cumplir con la cuota de género o la paridad que establece la ley 33-18¨.
En el párrafo I del artículo 53 de esta ley se establece que, “La Junta Central Electoral y las juntas electorales no admitirán listas de candidaturas para cargos de elección popular que contengan menos del cuarenta por ciento (40 %) y más del sesenta por ciento (60 %) de hombres y mujeres”. Es decir, que siempre debe haber al menos un 40 % de mujeres o de hombres para que ninguno de los dos sexos esté subrepresentado.
Citando a la abogada Nataly Santana, la investigación de Riamny Méndez establece que en la resolución 28-2019 de la Junta Central Electoral, emitida ¨supuestamente¨ para facilitar el cumplimiento de la ley, se hacen cálculos incorrectos: quedan por debajo del 40 % las candidaturas reservadas para garantizar la paridad. En este caso se afecta, principalmente, a las mujeres.
Curiosamente, muchas de las políticas afectadas, pertenecen al Partido Revolucionario Moderno (PRM), la organización -en el poder- que impulsó la cuota de género ante la resolución de la JCE.
¿Es, entonces, la cuota una trampa electoral?
A través de una nota de prensa, en el mes de septiembre de 2022, la JCE dijo que en la propuesta de modificación electoral acogió la recomendación de la OEA que en su informe de observación electoral de 2020, sostuvo que “es claro que la participación política de las mujeres en RD aún enfrenta grandes desafíos; se realizan interpretaciones minimalistas de la cuota legal, ilustrado por el hecho de que los hombres encabezan el 85 % de las candidaturas a cargos ejecutivos, mientras que las mujeres ocuparon el correspondiente 85 % de candidaturas a vicealcaldías y subdirecciones municipales”.
La coordinadora del Grupo de Alto Nivel de la Organización de Estados Americanos (OEA) que promueve la participación de las mujeres en la política, Laura Chinchilla, expresidenta de Costa Rica sostuvo reunión recientemente con titulares de la JCE con el objetivo de abordar la necesidad de la democracia paritaria en República Dominicana, a propósito de la propuesta de reforma electoral de la JCE que contempla aspectos en ese sentido, como el caso de que la participación de hombres y mujeres en cuanto a cargos plurinominales sea 50/50.
En ese sentido, la jueza Lorenzo Paniagua, ante la pregunta de si es necesaria una reforma legislativa para aumentar la participación de la mujer en los espacios de poder dijo que “la respuesta es sí”. Las plazas no han sido llenadas con las cuotas que consigna la ley actual, aunque son necesarias las leyes de cuotas para impulsar la participación femenina, no son suficientes: “hay que asegurar con artículos que coadyuven la participación; se prefiere que el voto no sea preferencial, porque de esa forma se pueden definir las candidaturas con paridad y alternancia, tanto horizontal como vertical, y eso garantizaría que cuando se vote por algún partido específico para una posición plurinominal se garantice la participación de la mujer en las posiciones”, explica.
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