Los tres partidos tienen problemas

Por Janessi Espinal 

Los tres principales partidos del sistema, PRM, FP y PLD, tienen problemas internos. El PRM y el PLD, por la definición de la candidatura presidencial y la FP por el mal manejo que ha dado su dirigencia al tema de la competencia por la secretaría general. Los partidos les gusta imitarse, y parece que la FP, como tiene resuelto el tema de la candidatura presidencial, se inventó otro, así se pone en la moda del PRM y el PLD.


El PRM

Las advertencias de los dirigentes del PRM sobre la necesidad de evitar el desborde de las aspiraciones por la candidatura, dan a entender que saben algo que todavĆ­a no es estĆ” en el debate pĆŗblico.

A los principales proyectos, David, Carolina, Yayo y Wellington, se sumó el de la vicepresidenta Raquel PeƱa, que colocó el tema en la opinión pĆŗblica cuando confesó que “sueƱa con subir las escalinatas del Palacio como presidenta de la RepĆŗblica”. Desde entonces, su figura ha concentrado la atención sobre la candidatura presidencial del PRM.

Eso no se sabe como termine, porque lo de David, es ahora o nunca, Hipólito (Carolina) es duro de matar y lo de la vice ha caído mejor de lo que ella mismo imaginó.

PLD no sale de una

En el PLD, los problemas parece que no tienen fin, cuando no es una cosa, es la otra. Leonel le ha desatado una oleada de juramentaciones que tiene molestos a los danilistas. Pero el reparto de lo que queda de la organización, entre Danilo Medina y Francisco Javier García, ha sacado del juego a Abel Martínez, el último candidato presidencial de la organización.

No se sabe lo que harÔ Martínez, pero golpeado no se quedarÔ. Concluida la fase del ruido de Abel, entonces toca observar cómo evolucionarÔ la relación Danilo-FJG. Es casi seguro, que bien no terminarÔ.

FP construyó su problema

La FP no podía quedarse atrÔs, como los otros tienen problemas, se buscó el suyo. Han armado tremendo lío por la secretaría general. Un tema muy mal manejado, que ya ha dejado heridas internas que no serÔ fÔcil curar. Lo peor ha sido la respuesta desproporcionada al tamaño del problema que ha dado una parte de la dirigencia.

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