¿Por qué no, autoridades universitarias?

Por: Erika Pérez / periodista 

Se hace necesario, una vez más, evocar el pensamiento crítico de Orlando Martínez Howley, mártir del periodismo nacional. Siguiendo la línea de su artículo, que le costó la vida por defender el libre pensamiento en una dictadura marcada por el silenciamiento de líderes opositores estudiantiles y de toda índole, hoy queremos dirigirnos a las autoridades de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) para hacerles algunas recomendaciones, aunque no estemos en la época citada más arriba.

¿Por qué no se realiza un levantamiento de la infraestructura de la sede, así como de todos los Recintos, Centros y Subcentros, a fin de determinar el deterioro que podrían presentar y brindarles el mantenimiento que ameriten, en caso de necesitarlo? Es, por ejemplo, la situación que se presenta actualmente con el edificio de Ciencias de la Salud del Recinto UASD Santiago y el Auditorio y Biblioteca del Recinto de Barahona, que tienen en vela a los estudiantes que allí reciben el pan de la enseñanza y realizan actividades complementarias, por temor a que ocurra un episodio parecido a la catástrofe del Jet Set.

Valoramos positivamente los esfuerzos realizados por el Gobierno central para acercar más la UASD a las comunidades lejanas del país. Sin embargo, ¿por qué no se concluyen edificaciones como el Multiuso, un edificio de Postgrado y los laboratorios de Bionálisis y Enfermería, que tienen más de dos años esperando su terminación en el Centro de San Cristóbal?

¿Por qué no se les da apertura a nuevas secciones de asignaturas para compensar la demanda de estudiantes por carrera en la sede, Recintos, Centros y Subcentros? Al inicio de este año, la universidad presentaba una matrícula de 193,792 estudiantes inscritos a nivel nacional, para quienes contaba, en ese entonces, con solo 3,520 docentes. La falta de asignaturas provoca que estudiantes deban trasladarse de un recinto a otro para avanzar en su plan de estudios; ello, a su vez, podría poner en riesgo la vida de los estudiantes que deben recorrer kilómetros para superarse, así como la de docentes que, por ser los únicos que imparten ciertas materias, deben desplazarse lejos de casa.

Además, tratándose la UASD de “la universidad de los pobres”, esto implica gastos adicionales que muchos estudiantes no pueden costear fácilmente. Todo esto se ha complicado en los últimos meses debido a la intención de las máximas autoridades de suprimir las secciones ya existentes con un número reducido de estudiantes, por la queja de docentes sobre el exceso de alumnos y la falta de recursos pedagógicos.

Con lo antes expuesto, ¿por qué no se priorizan las carreras ya existentes para garantizarles a los estudiantes de los Recintos, Centros y Subcentros el plan completo, antes de dar apertura a “carreras fantasmas”?. Actualmente, en todas las jurisdicciones de la UASD distantes de la sede, hay ofertas académicas creadas en base a la demanda laboral regional. Sin embargo, producto de la falta de asignaturas, estas carreras corren el riesgo de desaparecer. Tal es el caso de Agronomía en San Juan, que pese a tener la mayor cantidad de estudiantes a nivel nacional, presenta dificultades con materias como Botánica, que desde hace cinco años no se programa en ese recinto, obligando a los estudiantes a trasladarse a Bonao. Igualmente, escasean asignaturas del Ciclo Básico como Biología y Química, con sus respectivos laboratorios, para estudiantes de término de diversas carreras.

Ante estos casos, en vez de brindar soluciones, las autoridades recurren a solicitar nuevas carreras “fantasmas”, que solo ofrecen unas pocas materias. Así ocurre con la Licenciatura en Letras e Ingeniería en el Recinto UASD San Juan y, en otros casos, las carreras figuran en el sistema pero los estudiantes ni siquiera pueden inscribir materias, como sucede con Derecho en el Centro Baní.

¿Por qué no se les facilitan a tiempo los insumos a los distintos Recintos, Centros y Subcentros, así como equipos para realizar prácticas cuando los estudiantes los solicitan? Esta carencia provoca situaciones como en los Centros de Mao y Puerto Plata, donde los departamentos de carnetización no pueden ofrecer el servicio; o en el Recinto UASD San Juan, donde posiblemente no se ha realizado una fumigación pese a la presencia de mosquitos, poniendo en peligro la salud de estudiantes, docentes y colaboradores.

De igual modo, ¿por qué no se garantiza un espacio digno para las prácticas de los estudiantes de Agronomía y Agrimensura del Recinto UASD San Juan, quienes han denunciado en un informe que el laboratorio de la Finca Experimental Virgilio Rodríguez Zabala funciona como un aula más, con sillas y mesas, sin microscopios ni materiales básicos, y que además genera contaminación cruzada porque comparte espacio con el laboratorio de Entomología?

Pudiéramos plantear más recomendaciones; sin embargo, por el momento solo nos queda reflexionar sobre las aquí expuestas, encaminadas a mejorar la experiencia de quienes decimos con orgullo ser UASDianos y fortalecer la institucionalidad de nuestra Alma Mater.

Por último, consideramos importante recordar que, así como nos enseñaron nuestros padres desde pequeños, debemos arreglar bien nuestra casa antes de invitar a visitas o instituciones externas.

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