Justicia como apostolado

Por Luis Henry Molina Pte. de la SCJ y del Consejo del Poder Judicial de RD.


Todo país que transite la senda del desarrollo requiere contar con instituciones comprometidas con su rol democrático. Son marcos y reglas de suma importancia para el desenvolvimiento de las relaciones sociales y productivas. Así como del intercambio entre ciudadanía, Estado y los demás sectores de la sociedad. Es por eso que toda Justicia de un país democrático requiere contar con personas de fuerte convicción sobre los valores que sostienen el orden constitucional. La transformación que impulsa el Poder Judicial está ligada al compromiso con ese rol. 

 

La impartición de justicia es un apostolado. Una tarea que requiere de juezas, jueces y servidores consagrados a un ejercicio honesto, regido en principios, integridad moral y eficiencia. Pero también poniendo especial atención a la dimensión humana y social de su trabajo. 

 

El Departamento Judicial de San Juan de la Maguana ha dado muestras de su entusiasmo por los objetivos planificados en Visión Justicia 20/24. En la actualidad dicho departamento no tiene mora registrada. Mantener los tribunales al día asegura la dinamización del Derecho. En cuanto a la atención de las solicitudes de servicio judicial, y su seguimiento, es sobresaliente. Hoy se encuentra con un 98% de respuestadestacando sobre todos los demás.  

 

Estamos conscientes de que para recibir un servicio como merecen los actuantes en justicia y la sociedad, requerimos aumentar y optimizar el alcance de la asistencia y fiscalización operativa de los tribunales. Pero a medida que los tribunales van gozando de buena salud, en relación a la carga de trabajo, aumenta también la calidad de los fallos. En eso trabajan de manera incansable los Jueces coordinadores de la administración de justicia. Con quienes el Poder Judicial está llevando adelante una tarea histórica que mejorará los indicadores y la respuesta. 

 

Para su operación óptima necesitamos renovar el compromiso del sector justicia con una mejora sustancial y eso comienza en la propia institución. Miles de colaboradores que no deben perder de vista los problemas de que adolece el sistema, que son problemas que afectan directamente a la ciudadanía.  

 

La falta de certeza jurídica tiene de frente a los magistrados y magistradas, de la mano de la Escuela Nacional de la Judicatura, en su misión de aumentar la formación y la unificación de criterios. Así como el rol de otras áreas en fortalecer los sistemas de operación 

Llevando a cabo los ajustes necesarios, será posible cumplir con estándares de calidad e integridad trazados por acuerdos y esperados por todos y todas. La necesaria mejora del acceso que hoy encuentra la dificultad de la pandemia cuenta con el Servicio Judicial. Con sus dificultades, permite una mayor racionalidad en la respuesta y ya viene tomando el ritmo para eficientizarla. 

 

La importancia de la transformación que el Poder Judicial está llevando adelante reside en que el proceso tiene puerto de llegada: trabajamos para una Justicia bien servida. Es decir: oportuna, eficiente, integra y abierta. Una institucionalidad al servicio de la civilidad y la convivencia pacífica. 

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