Una sociedad en decadencia

Por: Wilhton Corcino

Nosotros los desfasados durante nuestra juventud fuimos conscientes de que algún día formaríamos una familia, por ello en busca de encontrar aquel complemento nuestra media naranja, nos abocábamos en identificar en aquellas féminas ciertos estereotipos que fueran acordes con nuestras formas de ver la vida. A ellas se les calentaban el oído gracias a los aportes de José José, Julio Iglesia, José Luís Perales entre otros; al tiempo que se les alimentaba el alma al decodificar aquellas estrofas.

Quizás por montarse en la ola vanguardista, las féminas de hoy (salvo raras excepciones) no se han dado cuenta que se han convertido en esclabas  de una corriente “moderna” que más que resaltar su belleza natural, partiendo de atributos morales o cognitivos, se enfocan sólo en sus anatomía haciéndolas perfectas para un simple encuentro sexual.

La desfachatez es tan enorme, que gracias a la falta de intelecto y a la motivación de tirar páginas a la izquierda (Leer), los nuevos exponentes de la “música” han hecho de lo antes dicho como algo normal, haciendo de la vulgaridad  una moda que ha copado todas las emisoras de radio, medios y hasta las redes sociales.

¡El colmo de los colmos es todavía mayor! Los nuevos intérpretes, incluyendo las hembras, incitan a las mujeres a que presuman en tener buenas “Chapas” (glúteos) y como si lo mismo fuere su primera carta de presentación, hay quienes tienen como prioridad (aun por encima de los estudios universitarios) colocárselas acompañadas de otros toques, para luego crearse un perfil en el que de 10 fotografías 11 son de espaldas.

Desde temprana edad eduqué a mi único hijo al respecto, y gracias a Dios hoy tiene por novia a una joven de corazón noble y un sentido de la vida cuan si fuere una persona adulta. Ah y por cierto le fascinan a ambos los interpretes que en el primer párrafo cité!

Con ello no pretendo humillar, sino más bien, enfocar a quienes  vienen en autodegradación  inconscientemente.

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